domingo, 31 de enero de 2010

UNA FÁBULA..., UN POEMA...

                      FEDERICO GARCÍA LORCA(1898 - 1936)

               LOS ENCUENTROS DE UN CARACOL AVENTURERO
Diciembre de 1918
(Granada)
A Ramón P. Roda.

Hay dulzura infantil
en la mañana quieta.
Los árboles extienden
sus brazos a la tierra.
Un vaho tembloroso
cubre las sementeras,
y las arañas tienden
sus caminos de seda
-rayas al cristal limpio
del aire-.
En la alameda
un manantial recita
su canto entre las hierbas.
Y el caracol, pacífico
burgués de la vereda,
ignorado y humilde,
el paisaje contempla.
La divina quietud
de la Naturaleza
le dio valor y fe,
y olvidando las penas
de su hogar, deseó
ver el fin de la senda.
Echó a andar e internose
en un bosque de yedras
y de ortigas. En medio
había dos ranas viejas
que tomaban el sol,
aburridas y enfermas.
"Esos cantos modernos
-murmuraba una de ellas-
son inútiles". "Todos,
amiga -le contesta
la otra rana, que estaba
herida y casi ciega-.
Cuando joven creía
que si al fin Dios oyera
nuestro canto, tendría
compasión. Y mi ciencia,
pues ya he vivido mucho,
hace que no lo crea.
Yo ya no canto más..."
Las dos ranas se quejan
pidiendo una limosna
a una ranita nueva
que pasa presumida
apartando las hierbas.
Ante el bosque sombrío
el caracol se aterra.
Quiere gritar. No puede.
Las ranas se le acercan.
"¿Es una mariposa?",
dice la casi ciega.
"Tiene dos cuernecitos
-la otra rana contesta-.
Es el caracol. ¿Vienes,
caracol, de otras tierras?"
"Vengo de mi casa y quiero
volverme muy pronto a ella".
"Es un bicho muy cobarde
-exclama la rana ciega-.
¿No cantas nunca?" "No canto",
dice el caracol. "¿Ni rezas?"
"Tampoco: nunca aprendí".
"¿Ni crees en la vida eterna?"
"¿Qué es eso?
"Pues vivir siempre
en el agua más serena,
junto a una tierra florida
que a un rico manjar sustenta".
"Cuando niño a mí me dijo
un día mi pobre abuela
que al morirme yo me iría
sobre las hojas más tiernas
de los árboles más altos".
"Una hereje era tu abuela.
La verdad te la decimos
nosotras. Creerás en ella",
dicen las ranas furiosas.
"¿Por qué quise ver la senda?
-gime el caracol-. Sí creo
por siempre en la vida eterna
que predicáis..."
Las ranas,
muy pensativas, se alejan.
y el caracol, asustado,
se va perdiendo en la selva.
Las dos ranas mendigas
como esfinges se quedan.
Una de ellas pregunta:
"¿Crees tú en la vida eterna?"
"Yo no", dice muy triste
la rana herida y ciega.
"¿Por qué hemos dicho, entonces,
al caracol que crea?"
"Por qué... No sé por qué
-dice la rana ciega-.
Me lleno de emoción
al sentir la firmeza
con que llaman mis hijos
a Dios desde la acequia..."
El pobre caracol
vuelve atrás. Ya en la senda
un silencio ondulado
mana de la alameda.
Con un grupo de hormigas
encarnadas se encuentra.
Van muy alborotadas,
arrastrando tras ellas
a otra hormiga que tiene
tronchadas las antenas.
El caracol exclama:
"Hormiguitas, paciencia.
¿Por qué así maltratáis
a vuestra compañera?
Contadme lo que ha hecho.
Yo juzgaré en conciencia.
Cuéntalo tú, hormiguita".
La hormiga, medio muerta,
dice muy tristemente:
"Yo he visto las estrellas."
"¿Qué son las estrellas?", dicen
las hormigas inquietas.
Y el caracol pregunta
pensativo: "¿Estrellas?"
"Sí -repite la hormiga-,
he visto las estrellas,
subí al árbol más alto
que tiene la alameda
y vi miles de ojos
dentro de mis tinieblas".
El caracol pregunta:
"¿Pero qué son las estrellas?"
"Son luces que llevamos
sobre nuestra cabeza".
"Nosotras no las vemos",
las hormigas comentan.
Y el caracol: "Mi vista
sólo alcanza a las hierbas."
Las hormigas exclaman
moviendo sus antenas:
"Te mataremos; eres
perezosa y perversa.
El trabajo es tu ley."
"Yo he visto a las estrellas",
dice la hormiga herida.
Y el caracol sentencia:
"Dejadla que se vaya.
Seguid vuestras faenas.
Es fácil que muy pronto
ya rendida se muera".
Por el aire dulzón
ha cruzado una abeja.
La hormiga, agonizando,
huele la tarde inmensa,
y dice: "Es la que viene
a llevarme a una estrella".
Las demás hormiguitas
huyen al verla muerta.
El caracol suspira
y aturdido se aleja
lleno de confusión
por lo eterno. "La senda
no tiene fin -exclama-.
Acaso a las estrellas
se llegue por aquí.
Pero mi gran torpeza
 me impedirá llegar.
No hay que pensar en ellas".
Todo estaba brumoso
de sol débil y niebla.
Campanarios lejanos
llaman gente a la iglesia,
y el caracol, pacífico
burgués de la vereda,
aturdido e inquieto,
 el paisaje contempla.

Reflexión inicial

Esta hermosa fábula en forma de poema deja, una vez más, al descubierto el hondo lirismo de Federico, lirismo que trasunta toda su obra. Las inquietudes y preocupaciones del poeta quedan a flor de piel, el descubrimiento de la vida más allá del hogar paterno, de lo peligroso, pero al mismo tiempo atrayente, que ésta tiene y que hacen que el caracol o cualquier alma joven quieran seguir transitándola a pesar de sus dudas y temores.
La incertidumbre por lo infinito y lo metafísico atraviesa el poema, así como la frustración, el desengaño, la desesperanza, que muy bien expresan “las ranas viejas”. El descreimiento y la aniquilación de lo diferente quedan plasmados en “las hormigas”, incapaces de elevar sus ojos y ver más allá del suelo, es por eso que condenan a la “atrevida” que descubrió a las estrellas y la existencia de un espacio intangible pero que está y la observa desde arriba. El castigo ante tanta osadía es la condena a muerte para la pobre infeliz. Aquí cabría preguntarse ¿Federico intuía su final? ¿Podía vislumbrar qué dieciocho años más tarde él terminaría de la misma forma? Cualquiera que conozca su obra sabe que la premonición de la muerte y de lo trágico la desborda.
Ante la crueldad de las hormigas, el caracol se sorprende y trata de conciliar el perdón para la ya moribunda hormiguita, la que ve su salvación en la llegada de una abeja. La abeja puede volar y si bien no es un ave que surca el aire por lo alto, puede saborear un pequeño tramo de la libertad que significa moverse en un plano más elevado que el del suelo.
El caracol se confunde, ¿entonces lo eterno existe? Pero él es torpe y está atado a la tierra, tal vez no tenga la suerte de la hormiga, quizá no exista una abeja que lo conduzca a las estrellas, pero decide no pensar y como todo mortal mientras vive intenta no pensar en el único futuro cierto, al que está destinado desde la cuna. Es que si piensa no vive y mientras vive, sólo debe pensar en cómo hacer frente a la vida. La muerte vendrá después, lo tomará por sorpresa y ahí verá como la enfrenta. Pero no creo que esa sea la preocupación verdadera de Federico, sabe que la muerte forma parte del devenir cotidiano, sino el saber qué hay más allá de lo que los ojos ven y el corazón siente. Igual que al caracol lo confunde lo eterno, lo que no sé ve pero que en el alma se alberga la duda de que exista.
Personalmente creo, que de todos los seres que habitamos la tierra, los árboles son los que mejor nos ejemplifican a los hombres, las raíces los aferran a la tierra, sin embargo quieren tocan el cielo con las ramas. Federico escribió en la tierra durante su vida, pero tocó el cielo con su pluma, con una obra tan profunda, tan vasta y tan bella que todavía nos acompaña desde lo eterno.

Biografía

La vida y obra de Federico García Lorca es bien conocida, por eso me remitiré sólo a lo esencial.
Poeta, músico, dramaturgo, ensayista, pintor, conferenciante, artista sobre todas las cosas...
Entre 1919 y 1928, vivió en la Residencia de Estudiantes, de Madrid, un centro importante de intercambios culturales donde se hizo amigo del pintor Salvador Dalí y del cineasta Luis Buñuel, entre otros, a quienes cautivó con sus múltiples talentos. Perteneció a la llamada "generación del 27", compuesta, entre otros, por Rafael Alberti, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Pedro Salinas, Vicente Alexaindre... con quienes compartió amistad e inquietudes artísticas.
Su primera vocación artística fue la música. De muy joven comenzó a tocar la guitarra y a estudiar piano. Compuso canciones con fuertes raíces flamencas e investigó el cancionero popular andaluz con Manuel de Falla.
Así manifestaba Lorca su actitud de artista: "Si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios -o del demonio- también lo es que los soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo".
En su obra se unen lo popular y lo culto en un estilo donde lo preponderante es la expresión del autor. Trata problemas sociales e individuales como la frustración amorosa, las represiones sexuales y el destino trágico. "El artista debe reír y llorar con su pueblo", dijo.
Como dramaturgo, abordó diferentes géneros, aunque su reputación descansa principalmente en las tres tragedias populares: "Bodas de Sangre", "Yerma" y "La casa de Bernarda Alba". Dirigió el teatro universitario "La Barraca", con el que viajó por toda España representando obras de Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de la Barca.
Su vitalidad y su simpatía eran arrolladoras. Pero también poseía una sensibilidad como pocas: "Un poeta es alguien que está siempre, y por todas las cosas, a punto de llorar".
Federico siempre estuvo a favor del desprotegido: "Creo que el hecho de ser de Granada me inclina siempre a la comprensión simpática del perseguido.
Del gitano, del negro, del judío, del morisco que todos llevamos dentro"- decía.
Sus posiciones antifascistas y su fama le convirtieron en una víctima fatal de la Guerra Civil española, en Granada, donde le fusilaron, en agosto de 1936.

El cierre
Éste es uno de mis poemas preferidos, en él hay una historia y las historias son lo importante en este espacio. Ellas son lo que cuentan y mucho más, sólo hay que saber leer entre sus líneas para encontrar el verdadero mensaje - uno o varios entre los muchos posibles - que se esconde detrás de ellas.
Ojalá piensen parecido a mí, así podremos compartir el placer que produce la lectura de un texto como éste. Un abrazo.




________________________________________

2 comentarios:

  1. Bella historia.
    He llegado al poema de manera fortuíta, indagando otros contenidos y necesitaba conocer su significado cautivado por Federico.
    Gracias creo que aquí lo he encontrado.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta tu blog y la forma como expones a los grandes...
    Te felicito, un lujo para tus estudiantes... sin duda ;)

    ResponderEliminar